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lunes, 10 de agosto de 2015

Marcy (210)




Entraron al despacho de Raúl y se juntaron los cinco formando círculo en el centro, de pié, de la misma manera que se habían colocado unos días atrás en la nave vieja, cuando apareció el cuerpo del subdirector en la cuba de vino.
Los que habían llegado se cruzaron unas miradas para ver quién abría fuego.
–Dilo tú, por favor –dijo Manele al enólogo.
Éste vaciló unos segundos.
–Es que Manele dice..., que si esto sale a la luz será el fin de la bodega. Está muy nervioso, histérico.
–¡Joder!, ¡joder! Tengo un muerto en mi bodega –dijo, fuera de sí–. Y todo por tu culpa, Raúl.  Me arrimaste a ese tío para sacártelo de encima, nos enviaste a Brexals. ¡Me jodiste bien!
–Era tu amigo, cari, no hables así –dijo su novia.
–Amigo, ¿amigo? ¡Me vino a traer la miseria a casa!
El director de la Duxa, a pesar de la provocación, mantenía la calma.
–Manele, no me quieras hacer pagar a mí tus propios errores –dijo con firmeza.
Manele echó para atrás su pelo con los dedos, como solía hacer cuando estaba nervioso. Marcy se fijó en que tenía muchas canas.
–Tienes razón, tienes razón, yo tengo la culpa de todo. Para empezar te hice a ti una desgraciada, te maltraté –dijo a Marcy–, no sé cómo pude. Fracasé en la compañía y ahora voy a fracasar en la bodega.
Raúl pareció contagiarse del pánico de Manele, se sentó en su sillón de dirección y apoyó los codos en la mesa, se sujetó la cabeza con las manos y cerró los ojos.
–Esto es lo que me faltaba, semejante publicidad para la compañía, uno de sus directivos aparece asesinado, ¿te imaginas los titulares? –dijo, hablando al vacío.
El enólogo se metió de por medio en defensa de su jefe.
–De momento el mayor perjuicio es para la bodega, es para Manele. Hay que comprenderlo –dijo.
–¡Comprenderlo!, llevo años así, comprendiendo –saltó Raúl–. Esto va a ser el final para la Duxa.
Marcy ya estaba harta de escuchar quejas. Fue hacia la mesa y descargó sobre el tablero un manotazo con una energía que le sorprendió a ella misma.
–¿Queréis callaros todos de una vez? Tenemos que buscar una solución.

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