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lunes, 16 de diciembre de 2013

Marcy (125)


La llegada de los niños, a principios de septiembre, la distrajo por completo de cualquier otra inquietud que no tuviera que ver con su cuidado. Los había echado tanto a faltar que todo el tiempo era poco para prodigarles el cariño atrasado.
Hubo que ponerse en marcha para la preparación del curso escolar y quedó absorbida por las ocupaciones de su trabajo y de sus pequeños, que quedaban con Arcadia en la guardería durante su horario de trabajo y otras veces en casa de los abuelos.
Los niños habían dicho que el padre había prometido venir a fin de mes.
El comienzo del curso representó la vuelta a una rutina que tenía ya casi olvidada.
El trabajo, la casa y los niños, salvo algún tiempo libre en la guardería o con Rafa, y vuelta a empezar.
Pero el bedel ya no le era tan imprescindible como antes.
Y se había adaptado a su nuevo trabajo a la perfección.
Enfundada en su traje oscuro, que casi se había convertido en uniforme para ella, mocasines y portafolios, con su cabello recogido, manejaba su mundo con eficacia, dentro y fuera del Trass Building, que se había convertido en su segunda casa.
Estaba contenta con su equipo y su equipo con ella. Y estaba muy agradecida a Nacho.
Llevaba ya un mes en Lank Corporate y la oficina de Nacho se había convertido en su segundo despacho, para hablar, tomar un piscolabis juntos y también para gestionar documentos a través del fax, del que carecía en su despacho.
Una mañana, tan temprano que Nacho aun no había aparecido, observó el aparato expulsando gran cantidad de hojas de papel, algunas de ellas ya en el suelo. Al recogerlas vio que procedían de Brexals y, movida por la curiosidad, echó una ojeada a su contenido antes de colocarlas sobre la mesa.
Figuraba una relación detallada de las actividades de la Duxa Limited en el último ejercicio, con fechas y cuantías de movimientos de dinero, compras, ventas, relación de altas y bajas de empleados, cuentas de pérdidas y ganancias, adquisición de propiedades y cualquier otra actividad reciente de la empresa.
Quedó extrañada de aquel hallazgo en el despacho de su amigo, pero tuvo la intuición de que a Nacho no le gustaría que ella conociera aquel informe, de manera que tomó de nuevo el taco de folios y los colocó en la bandeja de salida del fax como si nadie los hubiera tocado.
Le cruzó por la cabeza como un rayo la idea de que su amigo estuviera recibiendo información privilegiada.
Aquella tarde, sin más tardanza, llamó por teléfono al bedel para decirle lo que había visto y Rafa le dijo que si podía hacer una fotocopia, de alguna hoja por lo menos, y que la revisarían juntos. A lo largo de los días siguientes estuvo atenta, a primera hora, a la actividad del fax, hasta que volvió a aparecer otro informe y, tomando unas cuantas hojas, las copió a toda prisa y las volvió a colocar en su sitio.
Invitó a Rafa a cenar, esa misma noche, para enseñarle los papeles.
Los niños ya estaban acostados y dormidos cuando él llamó a la puerta con los nudillos, por no despertarles.
Mientras tomaban unos canapés calientes, acompañados con un excelente vino, el joven revisó el escrito como si no hubiera hecho otra cosa en su vida.
–Esto es un informe sobre las actividades de la Duxa Limited que se envía desde Brexals a la empresa de ustedes con el fin, seguramente, de aprovecharse de esas averiguaciones y hacer negocio a costa de la Duxa.
–¿Qué quieres decir Rafa? ¿Que Nacho puede ser el beneficiario de toda esa información? Por eso ha subido tan alto en la compañía… ¡No puedo creerlo de él!
–Pudiera ser, señorita, pudiera ser. Usted me había dicho que el director de la Duxa sospechaba algo así, indudablemente estos papeles lo confirman. Puede investigar el origen por el número del fax que lo envió, seguro que coincide con el fax de la Oficina Internacional de la Duxa.
Eran todavía las nueve de la noche y Marcy se percató de que aun estaban abiertas las oficinas de la Duxa en Greda, de manera que llamó a información para pedir el número de fax.
–Soy la señora de don Manuel –la telefonista la conocía a la perfección–. Necesito el número de fax de la oficina de Brexals para enviarle un documento urgente.
Cuando la empleada le dio el número, vio que coincidía cifra por cifra con el que figuraba en los papeles que tenía en la mano.
–Rafa, tienes toda la razón, viene de allí. El caso, ahora, es saber quién lo envió. Espero que Manele no tenga nada que ver.
No le agradó nada darse cuenta de que Nacho, su amigo, su mentor, podía estar involucrado en algo así, pero quizá fuera todo un error o una mala interpretación de unos papeles; una paranoia más, a fin de cuentas, propia de una novata metida en la jungla de la multinacional Lank Corporate.


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