Novela gratis online para leer por entregas.


lunes, 26 de mayo de 2014

Marcy (148)



No dijo ni una palabra en todo el trayecto hacia la comisaría.
Una vez llegaron a su destino, fue conducida a una sala cuyo único mobiliario eran tres sillas alrededor de una mesa rectangular, algo desvencijada, situada debajo de una potente lámpara colgante. Una de las paredes era de cristal negro, para visionar desde fuera la pieza.
–Puede usted llamar a quien desee. Tiene derecho a un abogado, recuérdelo –dijo el inspector.
Los hombres abandonaron la sala y la dejaron con la policía, la cual la cacheó minuciosamente y tomó su cartera, después salió y dejó sola a Marcy con la única compañía de su teléfono móvil. Sus manos temblaban tanto que apenas podía sostenerlo con la firmeza suficiente para marcar el número de Rafa. Su amigo contestó a la primera.
–¡Rafa! ¡Te lo pido por Dios, Rafa! Estoy en un apuro muy gordo. Tienes que ir a hablar con el director de la Duxa Limited, se llama Raúl. Dile que vas de mi parte, que estoy detenida en Brexals. Explícale todo lo que sabes, porque es la única persona que puede ayudarme.
Al borde del llanto, le explicó las acusaciones que pesaban sobre ella.
–Es urgente ¡Vete ahora mismo!
–Ahora mismo, señorita. Ha debido de haber algún error, usted tranquila, que lo arreglaremos… Ya estoy saliendo de la facultad... Ya me imagino por dónde van los tiros, tranquila, que en cuanto sepa algo, la llamaré yo.
Se cortó la comunicación y, encogida de miedo, se quedó mirando el teléfono, como queriendo forzarle para que sonara, contando el tiempo que a Rafa le tomaría llegar donde Raúl.
Pero no pensaba amedrentarse. Después de todo lo que había luchado en los últimos meses no pensaba doblegarse por ningún motivo, por grave que fuera. Además, ella no había hecho nada malo, habría algún malentendido, seguro.
Cuando sonó el teléfono ya se encontraba con ganas de presentar batalla de la manera que fuera precisa. No había transcurrido ni una hora entera cuando sonó, era Raúl quien hablaba.
–Marcy, ya me han puesto al corriente, ha sido objeto de un engaño horroroso. Ya me ha dicho Rafa que García conoce lo que puede estar ocurriendo y le voy a enviar junto con nuestro equipo jurídico a Brexals en el primer vuelo.
El tono de sus palabras actuaba como un bálsamo, un balón de oxígeno en medio de aquella agonía.
–No se puede consentir este atropello. Por la tarde llegarán para acompañarla y defenderla. Diga sólo lo que ellos le indiquen, Marcy. Si usted es mi chica favorita, mi número uno.
–Número nada –dijo ella.

–Número uno –recalcó él–. Odio verla sufrir. Pero saldremos de esto, seguro ¡Se lo prometo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario