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jueves, 8 de diciembre de 2011

Marcy (17)




Unos días antes de aquella cena en la que se anunció el traslado de Manele, mientras veían un rato la televisión, antes de acostarse, él ya había empezado a ponerla en antecedentes. Se dio cuenta de ello después, a toro pasado.
Él estaba ojeando el periódico, sentado en el sofá con los pies en alto, como tenía por costumbre.
–¿Sabes que soy candidato a desarrollo? No se habla de otra cosa en la compañía.
–¿Candidato a desarrollo? –Marcy no entendía aquella jerga.
–Que estoy en el grupito de los que vamos para directivos... ¿entiendes?
Él hablaba despreocupado, girando las hojas del diario como si estuviera leyendo.
–Lo peor es que la compañía te cobra un peaje, no es así tan fácil. Igual me toca un tiempo en el extranjero.
Seguía hablando como si fuera para sí mismo.
–¡Con tal de que no sea un país en guerra me conformo! –dijo él cerrando el periódico.
Él cogió el mando a distancia y se puso a saltar de canal en canal. Se detuvo en uno en el que ponían una serie cómica y lanzó unas carcajadas de buena gana.
Marcy estaba intranquila por lo que había oído, pero se esforzó en sonreír.
–Todo depende del subdirector.
Manele encendió un cigarrillo, el último que acostumbraba a fumar antes de irse a la cama.
–Fíjate qué tío. Hoy estábamos acabando una reunión y empezó a meterse conmigo, que qué camisa más guapa y qué bien me sentaba, que vaya corbata tan bien coordinada. Que conmigo iba él al fin del mundo.
Fumaba despacio, recreándose en las espirales que dibujaba el humo delante de él.
–¿Dijo eso en una reunión?
–Con toda su jeta, en plan de guasa, vamos.
Manele ya reía a carcajada limpia.
–¡Lo que me faltaba! Liarme con un tío, que además es jefe mío, y que me quite de trabajar.
Marcy pensó que, en el fondo, Manele se sentía halagado por las chanzas del subdirector. Temía que en la broma, como a veces ocurre, hubiera un fondo de verdad.
Pero hizo de tripas corazón.
Le acompañó en su buen humor y, entre risas, le lanzó un cojín a la cara.
–Quieta, bruta, ¡me vas a quemar! –respondió él apagando el cigarrillo.
–Venga, señor director ejecutivo, ¿me acompaña a la alcoba?

2 comentarios:

  1. Acabo de leer todo lo publicado del tirón, felicidades!!!, ya tienes una enganchada más espero la próxima entrega y darte un beso en persona
    Conchi

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  2. Buenas escenas,estoy con deseo de leer la siguiente

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